Listen to your heart

Ya ha llegado el frío, las tardes cortas y las mañanas largas. Los domingos de peli y manta, los sábados de lujuria. Aunque en mi caso he de decir, que esos sábados han disminuido considerablemente. Está la cama fría, te acuestas, te tapas hasta las orejas y te acurrucas, la postura del bicho bola está presente... cambiar de lado, una odisea, está la cama fría y volvemos a empezar.
Los lunes insufribles, los adorables viernes... miércoles ecuador. Durante unos meses todo funciona igual, alguna visita inesperada rompe la monotonía, poco frecuente.
Pasa un día, pasa otro... sí, ¿y qué? No me he parado a pensar qué quiero el próximo mes, la próxima estación, el próximo año... supongo que yo también tendré sueños, aspiraciones. Probablemente estoy inmersa en un pasado que no me deja avanzar, hace falta que llegue alguien y me lo diga... siempre hace falta alguien.
Y hablando de alguien... es más importante de lo que queremos aceptar esa persona que nos llena y nos ilusiona... para que todo esto fluya, para que los días cuenten, para que las aspiraciones lleguen, y lo más importante, para volver a ser quién eras.
Hace tiempo que no tengo muy claro esto último, una pena, desperdicio mis días sumida en una nube gris.
Suena: